julio 10, 2009

PARA NO OLVIDAR


TODO ACABA E INICIA ALGO NUEVO

La muerte de una madre; es extremadamente dolorosa, es como la lluvia que cae en los campos de tierras sedientas y que luego de entrar en contacto con el elemento dan vida a muchas flores, es como el viento que pasa por los montes para llevar oxigeno al desierto, es como el fuego que quema la madera y da vida al carbón, es como la tierra, que da comida y luego cae sobre la tapa de tu ataúd; es como empezar a nacer de nuevo; es como lo incomprensible que te induce a querer comprender el sentido de la vida.

Son las 7am, exhausto, sudoroso con el rostro cubierto de sal seca, acabo de llegar a mi casa, trato de hacer el menor ruido posible ya que mamá se daría cuenta de que hoy también salí de madrugada a mi rutina de entrenamiento para ser parte del equipo de mis amores (Alfonso Ugarte de Paucarpata) y que la fiebre que anoche quemaba mi cuerpo terminara mandándome al hospital, el fuerte viento de la mañana me arrebata el asa de la puerta y esta con un ruido fastuoso mata mis esperanzas de no ser regañado; mama no ha salido de su habitación para recriminarme por lo sucedido, más que alegrarme, asustado me dirijo hasta su puerta, anoche se acostó con un dolor de barriga que la hizo vomitar, al abrir la puerta, Lucy, mi hermana esta sentada junto a su cama – Carlos, la mama esta ardiendo en fiebre-
-- ya vas a ver, condenado, nunca me haces caso- con una voz débil y una sonrisa tierna, mi madre me reprocha por mi escapada de madrugada.
- lo siento mamá, es que tengo que ganarme el puesto de volante, ¿acaso no me quieres ver jugar?
Nuevamente su cuerpo empieza a contraerse, un liquido con un olor extraño es expulsado por su boca – ya no volveré a comer, la sopa sin antes calentarla- dice mamá, el olor extraño del liquido empieza a invadir nuestra mente, de inmediato, salgo a la calle a parar un taxi, mi hermano se ha despertado y con el rostro desencajado ayuda a Lucy para subir a mi mama al vehiculo, en el taxi – ¿que pasa?, no me voy a morir, ¿por que están con esas caras?-- mi hermana, exaltada, le refuta a mi madre por esas palabras, el conductor del taxi, lamentablemente no se dio cuenta que podía convertirse en un corredor de formula uno, entra por la zona de emergencia del hospital Goyeneche, a la lado de la sala, hay una inmensa cola esperando a que llegara el cajero; los médicos de inmediato la atienden, la enfermera le toma el pulso, un señor canoso y con una bata blanca examina con sus manos el vientre de mi madre, de inmediato ordena una radiografía, mi madre continua vomitando, la echan en la cama y el otro enfermero acerca a la cama una especia de mangueras delgadas por ordenes del medico, la enfermera se a dado cuenta que la puerta esta abierta y me descubre, de inmediato llama a mi hermana y cierra la puerta; ha pasado 1 hora, y mi mente divaga por el mundo imaginario, las enfermeras calen una y otra vez, mi hermana por fin salio
– corre a la U, la mama va estar bien, dile a Wildo (mi hermano) que venga al hospital.


Al termino de mis clases de periodismo, ansioso por verla decido llamar por el móvil para saber si me dejarían verla, obtengo una respuesta negativa, llego a casa y mis hermanos están reunidos en la habitación de mamá, todos acongojados por el suceso, Lucy, me dice que tiene una obstrucción intestinal y que ha sido intervenida de inmediato, una sensación de frió recorre mi cuerpo, el corazón date como en la madrugada en plena carrera, siento que las lagrimas empezaran a invadir mi rostro, respiro profundo, trato de relajarme, no puedo llorar, no, mamá ya ha pasado por esto la vez que la operaron el útero, sé que todo pasara, ella volverá y yo no volveré a salir de madrugada sin antes avisar; han pasado tres días, hasta ahora no la he podido ver, he mandado muchos saludos y besos a mamá, ella siempre me dijo de que no faltara a la universidad, si hoy se entera de que dejé de asistir a la UNSA por verla, seguro que se molestara y lo menos que quiero es que reniegue, ya estoy mas tranquilo, ahora si podré concentrarme en mis cosas, mi mente no volverá a imaginar cosas indeseables; hoy dormiré bien, mañana es sábado y podré ir al hospital, no logro conciliar con Morfeo, el celular de mi hermana empieza a sonar, de inmediato sale de su cuarto y llama a mis hermanos ¡han llamado del hospital, la mamá se a recaído ! salen como una estrella fugaz yo no quiero ir, tengo temor a encontrarme con la construcción de mi imaginación, nuevamente el corazón, nuevamente el aire frió que recorre mi cuerpo, no logro dormir, la noche es muy larga, no tengo como comunicarme, mis hermanos deben estar ocupados con los doctores, con las radiografías, con las farmacias, siento que soy cobarde, me odio, llega la mañana, otra vez a la U, Hoy todos me miran con un rostro de preocupación ¡no me pasa nada, estoy bien! Respondo inconcientemente a todo aquel que me pregunta; no aguanto más y escapo, voy corriendo, imaginando tonterías, pensando en la muerte, oliendo el vomito de mi madre, cantando una canción desesperada, recordando a mi madre una y otra vez, no oigo el claxon de los carros, soy un autómata, llego al hospital, mis hermanos esperan en la puerta la salida del medico, todos muy preocupados, me miran con lagrimas en los ojos; no puedo llorar, no tengo que llorar; el medico sale – ¿Quién es Carlos?- la señora Teofila pide que entre, en buen momento llegue, presuroso, entro a la habitación, la cama blanca, los aparatos cuentas los segundos del transcurso de la vida, los enfermos voltean y me miran, mamá y su instinto, abre los ojos y sonríe – hola mamá- hay elecciones en la universidad, me han elegido presidente de mesa, seré el mejor presidente, ella sonríe, sus ojos hundidos empiezan a brillar, sus canas rozan sus labios, llevo mis manos hasta su rostro intentando traspasarle toda mis energías, cúrate mamá, te necesito, no te vayas, no me dejes aún, clamaba dentro de mí; mi madre sonreía una y otra vez “mi machurruna” (niño, viejo) dijo, luego no dijo nada más, intente hablar con ella y nuevamente sonreía, voy a terminar la universidad mamá, voy a ser presidente, voy a ser un buen hombre mamá, mamá…te quiero… ella se quedo dormida, el doctor toco mi hombro – la vamos a llevar a C.I- , me contenía el llanto, Salí de allí, sin decir ni una palabra, llegue a casa y mecánicamente se me acabo la batería y quede dormido, sin derramar ni una sola lagrima.

Ya es tarde, hoy no iré a la UNSA, mis hermanos aún no han llegado del hospital, agarro el celular, siento una sensación extraña en el estomago, empiezo a temblar, nuevamente el corazón, el aire frió, el tiempo ha pasado muy rápido ya es las 4 pm 29 de septiembre del 2007. Aún no he marcado el numero de mi hermana y la puerta suena, mis hermanos entran, Lucy e Hilda no se contienen más y me abrazan, las lagrimas y el llanto invaden el pasadizo de la casa, lloran desesperadas, lloran con dolor, lloran impotentes, lloran y sienten mi tranquilidad, yo no lloro, no me río, no pienso, no busco explicaciones; las consuelo, mis otros hermanos que llegaron del interior nos abrazan, lloran con ellas y se tranquilizan conmigo, soy Carlos el ultimo de 8, el medio hermano de sangre y entero cariño, no lloro, no grito ¿Qué me pasa? Ya llegara el momento donde la encuentre de nuevo, con la misma sonrisa, con las mismas palabras, con el mismo amor para todos sus hijos, con la misma fuerza, sigo recordando, mientras las lágrimas de mis hermanos no dejan de caer en mis hombros.

Termino el velorio, muchos se quedaron toda la noche, frente al féretro mis hermanos arrodillados, los amigos de mamá aún no paran de llorar, los consuelo, les agradezco por tamaño aprecio a mi madre; ahora estoy frente a un hueco que enterrara la vida prodigiosa de mi madre, estoy frente al destino de todo humano; ahora estoy frente a mi madre, la gente clama por ella, reza, grita y llora, de un momento a otro todos desaparecieron, no sentía el consuelo de la gente hacia mí, desapareció el mundo, solo yo, frente a su ataúd, bajando lentamente hasta la profundidad, las lagrimas caían, viento frió, mi cuerpo tiembla, mi corazón llora, se desangra, mi imaginación se hace realidad, siento nauseas, lloro, grito su nombre, callo para recordarla, las lagrimas recorren mi rostro opaco de tristeza, mi alma acongojada por su partida me ordenaba tranquilizarme, ella descendiendo lentamente me recordaba que era normal, todos llegamos a esta etapa, todo hombre vive para morir, muere para vivir dentro de nuestros corazones, se va a un lugar desconocido pero deja todo su amor, toda sus enseñanzas deja lo que mas quiere y querrá incluso en el más allá; a fin paro de llorar, de pensar, a muerto mi madre y nacido nuevamente su hijo, a muerto la lluvia y a nacido nuevas flores, el viento ha llevado su vida a un lugar desconocido, pero a traído a mi vida una nueva forma de vivir, el fuego a quemado mi alma, pero a dejado el carbón de la experiencia de la vida materna, no comprendo por que tiene que morir al ser que más quiero, pero ahora entiendo por que tengo que seguir viviendo, la tierra a terminado de enterrarla y yo afuera tengo mucho que hacer; madre pídele a Dios por todos hombre, ¡hasta pronto querida viejita! ¡Siempre te querré!


JOSE CARLOS PALOMINO BRAVO

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